“La arqueología es como una moderna máquina del tiempo que nos permite dar vida a lo muerto”
Eduardo Matos Moctezuma
Desde tiempo remotos viajeros, historiadores y
eruditos han estudiado y escrito sobre culturas de pueblos lejanos que fueron
observando y se interrogaban sobre ¿Cómo surgió? ¿Cuántos años de antigüedad
tenia? La necesidad de analizar sus formas de vida haría notar las diferencias
existentes entre estudiarlas desde un punto de vista histórico y estudiarlas
desde el trabajo de campo, que le dio importancia a esta ciencia.
Durante el siglo XV se
exploraron nuevos campos de conocimiento que dio como resultado la introducción
de ideas revolucionarias acerca de la historia cultural y biológica de la
humanidad de la cual se empezaría igual hacer cargo la Arqueología.
El hallazgo de un fósil
en Neandertal (Alemania) en 1856 y los restos del hombre de Java (Homo erectus)
en la década de 1890, proporcionaron pruebas irrefutables del larguísimo
proceso de evolución del hombre. En la abadía Boucher de Perthes, en las
proximidades de París, se descubrieron también diversos utensilios de piedra
que corroboraron que el proceso evolutivo de la prehistoria humana tal vez se
remontara a cientos de miles de años atrás. Desde un principio, la arqueología
se convirtió en una compañera inseparable de la emergente disciplina
antropológica.
La arqueología es la
ciencia que estudia las sociedades antiguas a partir de sus restos materiales.
A través del análisis de los objetos y aquellas obras construidas por los
pueblos antiguos. Esta ciencia puede arribar a conclusiones en torno a su
cultura y sus formas de vida.
Surge como una consecuencia
lógica de la búsqueda del hombre por su propio origen, por su pasado.
Anteriormente, el mito nos daba de cierta forma las respuestas y otorgaban a
los Dioses la creación del mundo y de la humanidad. Así por ejemplo, Hesíodo,
en “Los Trabajos y los Días”, hablaba de cinco Estados de evolución a la
humanidad. Y tanto romanos como griegos creían en una época dorada, anterior a
todo, una especie de paraíso terrenal en donde el hombre, aun libre, no debía
preocuparse por su subsistencia. Mientras que el cristianismo, siguiendo los
preceptos bíblicos, se consideraba que Dios había creado el mundo en el 4004
a.C, de acuerdo a las generaciones del libro sagrado.
Sin embargo, conforme las
preguntas sobre el pasado se fueron ampliando y fue evidente que el mito, la
religión y lo que los hombres del pasado escribieron de sí mismos, no pudo dar
respuestas a tantas cuestiones.
Por supuesto se tuvo que
buscar nuevas vías de conocimiento y una de ellas fue hallar literalmente el
pasado, o mejor dicho su cultura material y así es como va naciendo la
Arqueología.
La Antropología
Arqueológica (más simplemente, “Arqueología”) reconstruye, describe e
interpreta el comportamiento humano y los patrones culturales a través de
restos materiales. En los sitios donde viven o vivieron personas, el arqueólogo
encuentra artefactos, objetos materiales que los humanos construyeron, usaron o
modificaron como herramientas, armas, sitios de acampar, edificios y basura.
Los restos de plantas y animales, así como la basura antigua, cuentan historias
acerca del consumo y las actividades. Los granos salvajes y domesticados
presentan diferentes características, lo que permite a los arqueólogos
distinguir entre recolección y cultivo. El examen de huesos animales revela las
edades de los especímenes sacrificados y también ofrece información útil para
determinar si las especies eran salvajes o domesticadas, (Kottak, P.2011).
Al analizar tales datos,
los arqueólogos responden muchas preguntas acerca de las economías antiguas.
¿El grupo conseguía la carne de la cacería, o domesticaba y criaba animales, y
los mataba sólo si tenían cierta edad o sexo? ¿Los alimentos vegetales
provenían de plantas salvajes o de la siembra, la atención y la cosecha de
cultivos? ¿Los residentes elaboraban, comerciaban o compraban artículos
particulares? ¿Localmente había materias primas disponibles? Si no, ¿de dónde
provenían? A partir de tal información, los arqueólogos reconstruyen patrones
de producción, comercio y consumo.
Los arqueólogos pasan
mucho tiempo estudiando fragmentos de vasijas de cerámica o alfarería. Las
vasijas son más duraderas que muchos otros artefactos, como los textiles y la
madera. La cantidad de fragmentos de alfarería permite estimar el tamaño y la
densidad de la población. El descubrimiento de que los alfareros usaban
materiales que no estaban disponibles localmente sugiere sistemas de comercio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario